jueves, 24 de abril de 2014

Protesta en oficina del INEM de la Avenida de Andalucía el 30 de Abril. Trabajo Digno o Renta Básica para tod@s!

Las Marchas de la DIGNIDAD 22M hemos acordado que la primera acción de continuidad del 22M sea una jornada de lucha contra el paro masivo. Hay seis millones de razones para esta movilización. Somos seis millones de personas en todo el Estado español las que estamos sufriendo el drama del desempleo. La mitad no recibimos ninguna prestación y un millón y medio recibimos la ridícula ayuda de 426 €.
Con unas tasas de: Desempleo de 26,03 % (5,896.300 parados), menores de 25 años en paro un 57,7% del total, y una actividad en el 59,43%, se hace imposible soportar a este régimen y sistema
El paro masivo es la demostración palpable de la ineficacia de un sistema, el capitalismo, que sólo favorece a los intereses de los poderosos y de unas políticas fracasadas, las de la Troika, que sólo mira por los bancos y castigan a las personas.

La última reforma laboral, presentada a bombo y platillo como la solución, ha resultado un desastre para la creación de empleo. Cada minuto se destruye un empleo, es la expresión gráfica del fracaso absoluto de las políticas neoliberales.

No nos engañemos. La reforma laboral va asociada a un conjunto de ataques contra las conquistas y derechos de la mayoría social. El recorte de las pensiones, la reforma de la administración local, la reforma educativa, el desmantelamiento de las ayudas a las personas dependientes, el pago de la deuda, el aumento de la edad de jubilación, la destrucción de los servicios públicos de sanidad, justicia o educación, la pérdida de poder adquisitivo, la esclavitud hipotecaria, la precariedad laboral, los desahucios,… forman parte de una brutal ofensiva contra los de abajo, contra la clase trabajadora, contra la ciudadanía, contra el pueblo.
Una ofensiva que busca robarnos derechos para engrosar sus beneficios y sus cuentas en los paraísos fiscales. Prueba de ello es que desde que estalló la crisis ha crecido el número de personas millonarias mientras el número de personas con pobreza severa se ha doblado.

Ante este escándalo la respuesta del poder establecido siempre es la misma: la represión, que busca criminalizar la protesta social ante los desmanes de los gobiernos. Una represión que vivimos especialmente en la jornada del 22M y días posteriores. Una criminalización ejecutada desde todos los ámbitos, incluidos los medios de comunicación oficiales, y desplegada como cordón sanitario para tratar de impedir que la población se una masivamente a la lucha.

Hoy queremos recordar a dos compañeros que están sufriendo injustamente la represión y la cárcel. Miguel, de 20 años, e Ismael, de 18. Dos jóvenes inocentes que están sufriendo en sus carnes la represión brutal de este gobierno que pretende con su Ley Mordaza y sus conspiraciones para-policiales convertir la movilización ciudadana en un conflicto de orden público.

Esta es una movilización por el empleo digno, contra el pago de la deuda, por la renta básica, por los derechos sociales, por las libertades democráticas, contra los recortes, la represión y la corrupción, por una sociedad de mujeres y hombres libres; es un acto contra un sistema, un régimen y unos gobiernos que nos agreden y no nos representan.

La Dignidad sigue en la calle exigiendo:
NO AL PAGO DE LA DEUDA.
PAN, TRABAJO Y TECHO.
TARJETA GRATUITA DE TRANSPORTE PARA TODAS LAS PERSONAS DESEMPLEADAS.

miércoles, 9 de abril de 2014

10 de abril, Manifestación por la libertad de los detenidos y detenidas


El pasado 22 de marzo las calles de Madrid acogieron a 2 millones de  personas de todo el Estado, en una manifestación que cualquier persona con un mínimo de humanidad debería secundar. Reclamamos una vida digna, trabajo, casa, servicios sociales para todos y todas y el no pago de la deuda.
Con un amplísimo apoyo popular, las Marchas de la Dignidad avanzaron pacíficamente durante más de 5 horas desde Atocha hasta Colón, en un ambiente de lucha y solidaridad entre pueblos, que no se recuerda en décadas.
Desde que partieron, las Marchas han recorrido todo el estado haciendo asambleas en cada lugar por el que pasaban, llevando una auténtica democracia a cada pueblo y recibiendo la solidaridad de las gentes.
Frente a tal demostración de dignidad y democracia, el sistema no tiene argumentos y su única respuesta es la represión: silencio mediático, represión
política y represión policial sufrida durante el trayecto, imponiendo desvíos a los caminantes por vías impracticables para dificultar su marcha, policía impidiendo el transcurso normal de las asambleas, controles injustificados en carreteras con retenciones a más de 100 autobuses que causaron retrasos de entre 1 y 3 horas. La dureza represiva alcanzó su máxima cota en Madrid: un despliegue policial desproporcionado de 1.700 agentes de la UIP, utilizado para amedrentar y reprimir al pueblo, con cargas policiales previas a la finalización del acto y desoyendo las peticiones de detención del ataque que desde la propia megafonía solicitó la organización.
Se buscaba abrir los noticiarios televisivos con imágenes de violencia.
Usaron porras, escopetas y gases lacrimógenos en un montaje policial urdido desde el Gobierno para vulnerar el legítimo derecho de reunión y manifestación.
Los detenidos y detenidas fueron maltratadas: ocho horas de pie contra la pared, manos en alto, negándoles agua y comida en 24 horas. A las mujeres ni se les permitió cambiar de tampax. Se les mantuvo 37 horas en dependencias policiales antes de pasar a disposición judicial.
La persecución policial ha alcanzado límites alarmantes cuando ayer mismo detenían en Madrid a 9 personas más, llegando a detectarse casos de personas
consideradas sospechosas de altercados, que ni siquiera se encontraban en la ciudad el propio día 22 de marzo.
Por ello, exigimos al régimen que retire los cargos de todos y todas las acusadas y la libertad inmediata de los compañeros y compañeras detenidss. Exigimos además la destitución de la delegada del gobierno y del jefe de policía de Madrid, a los que consideramos responsables directos del ataque, así como la dimisión de Ministro del interior.
¡NO ES TIEMPO DE LAMENTOS, ES TIEMPO DE LUCHA!

domingo, 6 de abril de 2014

22 de Marzo: Un hito en la historia de la lucha

Como ya se ha escrito bastante sobre las Marchas de la Dignidad del 22M, voy a exponer de manera lo más sintética posible mis reflexiones sobre esta grandiosa movilización, que, a mi entender, representa un cambio cualitativo de la lucha social de este país.
Entre sus principales y más positivos aspectos, además de su éxito de convocatoria (en número de colectivos implicados y personas participantes), destacaría los siguientes:
- Unidad (común denominador) en torno a unos contenidos políticos y de clase de gran calado (como el NO pago de la deuda), superando lemas genéricos de corto alcance
- Pluralidad como no se había conocido en muchos años, confluyendo territorios, sectores, mareas, movimientos, organizaciones, sindicatos, partidos y personas de muy diversos colores, banderas, ideologías, edades, condiciones, etc. que caminaban mezclados o en bloques dentro de la movilización unitaria.
- Organizada con tiempo, y en un proceso en el que se han podido incorporar todos los colectivos y personas interesadas.
- Gran envergadura temporal (varios días de marchas por la península) y espacial, ocupando carreteras, pueblos y las vías principales de Madrid, atravesando los barrios y pueblos de trabajadores, y desbordando los límites en los que a menudo nosotros mismos encerramos las protestas con recorridos pequeños y poco visibles a la ciudadanía.
- Activismo entusiasta, que visibilizó en la calle y en las redes una convocatoria silenciada mediáticamente, y proporcionó los medios e infraestructura para el alojamiento y manutención de los miles de personas caminantes y llegadas de fuera de Madrid.
Características que marcan unos cambios cualitativos, entre las que cabría señalar:
- Rechazo del bipartidismo y ausencia del bisindicalismo institucional. Los primeros (PP-PSOE) ya son señalado en muchas manifestaciones como los brazos ejecutores de las políticas diseñadas por el gran capital europeo y nacional, y por tanto, enemigos a combatir. Los sindicatos CCOO y UGT se auto-excluyeron de la movilización, y con la reunión de sus dirigentes en la Moncloa el martes 18 (mientras ya caminaban centenares de trabajadores por las carreteras), escenificaron su renuncia a la lucha y su papel de colaboradores necesarios en la estrategia de aumento de la explotación de los trabajadores. Han certificado su lento, pero imparable, declive, ya que miles de sus afiliados sí participaron en las marchas; y ya no hace falta esperarlos para lograr que las movilizaciones sean multitudinarias, como pasaba antes.
- Combinación de procesos desde abajo y liderazgos reconocidos. Las asambleas abiertas en los diferentes niveles han constituido el eje organizativo de la movilización. Las organizaciones sindicales, políticas o sociales han aportado sus estructuras y activistas, pero han tenido que consensuar acuerdos (no exentos de fricciones) en estas asambleas. Pero un análisis riguroso de la génesis de estas marchas de la dignidad no puede olvidar que en su arranque y confluencia ha influido muy positivamente el prestigio y la repercusión de algunas acciones llevadas a cabo con anterioridad en Andalucía (ocupaciones de tierras, ferrocarriles, supermercados) o Extremadura (campamentos Dignidad) que gozaron de una gran repercusión y reconocimiento, lo que facilitó la confianza necesaria en la fase inicial y de extensión de la iniciativa. La combinación de estos dos ámbitos (trabajo de base y referencias conocidas y prestigiadas) ha demostrado su utilidad a la hora de superar las limitaciones de cada uno de ellos.
- Represión del sistema. En los momentos previos las marchas fueron ignoradas en los medios de comunicación comerciales y fueron calificadas al mismo tiempo de extremismo de derecha y de izquierda. Comprobado el éxito de las marchas, el sistema optó por aguar la fiesta y aterrar a los pacíficos manifestantes con unas cargas totalmente injustificadas. La responsabilidad de los episodios de enfrentamiento ocurridos recae directamente en quienes dieron la orden de cargar, antes incluso de finalizar la manifestación legal, y quienes introducen policías con capucha y pañuelo para iniciar los altercados. Los espacios dedicados por los medios a estos episodios han multiplicado con creces los empleados a informar de las marchas, mostrando a las claras su papel al servicio de los poderes económicos. Pero fuimos millones las personas que vimos lo que ocurrió, y cada vez son menos las personas que se dejan influir por estas campañas criminalizadoras.
Limitaciones no han faltado; señalo dos entre otras posibles
- Participación territorial desigual. Es lo que cabía esperar (no desear), debido al carácter plurinacional de nuestro estado. Mucha imaginación y generosidad habrá que aportar para ser capaces de superar las repercusiones que este asunto tiene en una lucha que pretende la unidad frente a un estado que impone recortes e injusticias de manera general en el conjunto del territorio.
- Inconcreción para el día después. Los mensajes de “venimos a quedarnos” para los días posteriores al 22M quedaron en meras declaraciones, por un diseño poco ambicioso en unos casos (manifestaciones poco novedosas) o intentos casi imposibles (Cifuentes morirá o dimitirá antes de tolerar una tienda de campaña en Madrid). Quizás faltó rematar esta llamada a la desobediencia, aprovechando los cientos de miles de personas en la calle para haber realizado una sentada o asamblea permanente al finalizar las marchas. Todo se andará.
El nuevo futuro que las marchas alumbran contiene en su seno fuerzas poderosas.
- Vamos aprendiendo a compartir. El éxito nadie lo puede patrimonializar, puesto que ha sido de multitud de colectivos y personas. Va siendo hora de consolidar esta práctica, que tan buenos resultados da, y dejar los episodios sectarios (que sin duda volverán a aparecer, a veces en su peor momento), para ocasiones cada vez más irrelevantes.
- Construcción de un sujeto colectivo y popular, un nosotros cada vez más amplio. Todavía no hemos llegado a ese 99% que reclamaba el 15-M, pero va creciendo el número de personas que se sienten de una clase (la trabajadora) que sufre la agresión de la otra (la burguesía en sus diferentes versiones, nacional, internacional, financiera o terrateniente) que ha mostrado su verdadera naturaleza depredadora de la humanidad, poniendo al gobierno y resto de instituciones a su servicio. Su poder es muy grande, pero es menor cada vez la legitimidad con la que lo imponen, porque ese sujeto popular va creciendo en número, lazos, organización y conciencia.
- Que se ha ido forjando en años de lucha. Lo que aconteció en torno al 22 de marzo no surge de la nada, sino que se alimenta de un amplio período de luchas que han ido creando una nueva conciencia de sujeto activo, rompiendo amarras con un pasado ya caduco y superando estructuras organizativas oxidadas. Las luchas y acampadas de los trabajadores de Sintel; las luchas vecinales contra los parquímetros o Gamonal; la lucha contra los desahucios de la PAH; los campamentos dignidad y otras luchas por la renta básica; la explosión del 15-M, con sus nuevas formas de organización y lucha; las ocupaciones de edificios y fincas; las expropiaciones de alimentos de los supermercados, las marchas mineras; las huelgas sin respetar servicios mínimos del transporte o limpieza; las incipientes asambleas de parados y de trabajadores a nivel local, etc. Estas y otras muchas luchas, avivadas por la agresión salvaje que el capitalismo infringe a la clase obrera y sectores populares, se han ido fraguando con unos métodos de organización y lucha, que, más que inventarse, han recuperado la frescura combativa, asamblearia y rebelde que unas estructuras oxidadas y burocratizadas habían relegado al olvido.
Este nuevo sujeto popular camina hacia la ruptura, una ruptura que se va vislumbrando paso a paso, en cada movilización, en cada organización, en los centros de estudio y de trabajo, en los barrios y pueblos, y cuyos contenidos anti-sistema (sí contra este sistema corrupto y caduco), destituyentes y constituyentes van abriéndose paso de manera cada vez más masiva.
Porque la transición ha sido enterrada: Como muy acertadamente señalaba Isaac Rosa recientemente, con Suárez el régimen ha enterrado definitivamente la tan alabada transición, cuya amnesia y deterioro han ido a la par. La historia ha querido certificar la muerte de la transición el día siguiente de las grandes marchas de la dignidad. Porque las instituciones surgidas de aquella transición están en proceso de descomposición imparable, y una parte cada vez más amplia de la sociedad ya no se identifica con ellas, y sí con las propuestas que encarna este nuevo sujeto social y político de amplios registros.
Pedro Casas. Activista social.
info.nodo50.org

viernes, 4 de abril de 2014

Comunicado de Marea Verde Málaga: con las Marchas de la Dignidad 22M

El 22M quedará como un recuerdo imborrable para los cientos de miles de personas, colectivos, plataformas, sindicatos, asambleas, etc., que caminaron desde todos los pueblos de la geografía española, unidos bajo la exigencia de “pan, techo y trabajo digno” para tod@s hasta llegar finalmente a Madrid, donde mostramos nuestro rechazo a las políticas de recortes llevadas a cabo por nuestros gobernantes bajo las
órdenes de la Troika y exigimos que no se pague una deuda ilegítima contraída por las
élites financieras.

Con un amplísimo apoyo popular, las Marchas de la Dignidad avanzaron hasta confluir el sábado 22 de Marzo en Atocha y desde ahí hasta Colón, en un ambiente festivo, de lucha pacífica, de solidaridad entre pueblos y de unión desde la conciencia de la diversidad, que no se recuerda en décadas. Un éxito que han querido esconder los medios de comunicación, primero, silenciando las Marchas y, luego, ocultando la
masiva asistencia bajo las imágenes de una violencia irracional provocada por la
intervención policial.

El 22M fue el día en el que las mareas se unieron y pintaron un arcoíris que se convirtió en una gigantesca ola. Una ola que está dispuesta a trabajar para cambiar el sistema que nos gobierna, un tsunami que pueda borrar del terreno todo aquello que este sistema ha provocado y que nos ha llevado al terrible panorama actual. ¿Y ahora qué? Tenemos un reto y es el de organizarnos localmente para que esta confluencia de fuerzas pueda devenir en un proyecto a nivel regional o estatal y poder trabajar conjuntamente para conseguir esas demandas que han sido impulsoras de este nuevo movimiento social. Las Marchas de la Dignidad del 22M pueden convertirse en el rebrote de aquel 15M de 2011, en un Gamonal extendido a toda la geografía española que se rebela en contra de la violencia y de la injusticia diaria que vivimos. Una sociedad que pide PAN, TRABAJO Y CASA. Ciudadanas y ciudadanos que clamamos un cambio de actuar de nuestros representantes políticos y sindicales mayoritarios. ¿Qué más tiene que pasar para que nos escuchen?

Hacemos un llamamiento a toda la Comunidad Educativa para que participe activamente en este proceso desde los centros educativos e intervenga en las acciones que se irán promoviendo para exigir la dignidad que toda persona debe tener. Porque luchando estamos educando y porque tenemos el convencimiento de que la mejor defensa de la Escuela Pública de tod@s y para tod@s es la lucha por un cambio social,
lucha que debemos emprender junto al resto de sectores afectados por los recortes y empobrecidos por el paro y la precariedad laboral. La lucha por la escuela pública es la lucha por “trabajo, pan y un techo digno” para todo el pueblo, la lucha contra el pago de la deuda ilegítima e impagable, y contra los gobiernos que, obedeciendo a los poderes económicos personalizados en la “troika”, gobiernan contra el pueblo y
destruyen lo público. Esta es la lucha de un pueblo digno.